Alberto Villén Pinilla.
Una nueva vía de comunicación, un nuevo portal, se incorpora a los simpatizantes del CECAL a través de la poesía, un género literario por tradición menos popular por la complejidad del sentimiento estético que transmite. Un hueco que estaba pendiente de cubrir.
Este puñado de versos que ha elaborado Alberto Villén Pinilla desnudan sin bagaje la personalidad del autor, quien siempre gustó de recrearse en este espinoso lenguaje artístico, en este caso a través de un tema vivido y sentido desde su niñez. El monte del Tremedal le atrapa en una tela de araña de la que difícilmente puede despegarse porque es su fuente de inspiración, donde sus silencios encuentran la expresión precisa y no siempre la respuesta deseada. Y a la vez su refugio preferido donde encuentra el sosiego que hoy necesita su espíritu para seguir respondiendo a sus porqués en su particular lucha personal.
Alberto abandona la visión global de su mensaje, el todo, y desmenuza en una meditada partitura los diferentes sones que le sugiere cada rincón de este entorno mágico, sus diferentes músicas, por simples que se muestren. Mientras, su lenguaje, con diferentes miradas, como un laberinto de contrastes, transmite una sensación profunda de sus sentimientos con una bella envoltura que es la palabra precisa.
Las palabras van acompasadas en sintonía por esa mano sensible que escribe, pinta y conmueve. Los trazos de las imágenes resbalan en armonía siendo fieles al escenario que él describe o imagina. La materia de esos objetos estáticos que el dibuja se pone en movimiento con el aliento que desprenden sus versos, como si un halo de vida les diese.
La propuesta que traslada Alberto al lector no puede ser arrebatada por las prisas. La lectura pausada irá inflando nuestro espíritu, como el aire rellena nuestros pulmones cuando afrontamos los inclinados repechos del Tremedal. Tintas y tintes que bañan el poemario de Alberto con diferentes tonos que se diluyen a través de la pródiga ventana de sus sentimientos. Tintes y tintas según se mire. Una puerta que aunque pueda estar cerrada, siempre se abre al corazón. Así de generoso se nos muestra Alberto, próximo y sin cerrojos, trasparente, de par en par. Hemos descubierto un poeta de nuestra tierra.
Juan Manuel Berges Sánchez | Diciembre 2012
A MODO DE INTRODUCCIÓN
El contenido de este libro nace durante la estancia como santero en la ermita del Tremedal, en el verano de 2010. Aparte de estar al cuidado de la imagen de la Virgen, de informar a quienes se acercan a visitarla, a quienes otean los paisajes o curiosean; por rellenar huecos y tiempos más o menos baldíos. Quise mantenerme ocupado, en algo más, y empecé a dibujar. Luego, al repasar con tinta china, sopesé la posibilidad de mostrar esos dibujos y los acompañé con unos pequeños textos que dieron como resultado todo cuanto muestro a continuación.
Alberto Villén Pinilla. | Diciembre 2012
Queda prohibida cualquier forma de reproducción, distribución y transformación de esta obra, incluido el diseño de la cubierta, sin contar con la autorización de los titulares de la propiedad intelectual.
Las obras en formato papel no están a la venta. Pueden conseguirse haciéndose socio de CECAL (Ver más información en este enlace)
23 diciembre, 2012 en 1:13
Gracias.Y los mejotes deseos para todos
Pingback: Homejaje a Alberto Villén Pinilla « CECAL
Pingback: Homejaje a Alberto Villén Pinilla « Orihuela del Tremedal
Pingback: Presentción del libro “Tintas y tintes. Desde El Tremedal” « CECAL
Pingback: Presentación del libro “Tintas y tintes. Desde El Tremedal” « Orihuela del Tremedal