Hace unos días contactamos con Jaime Lahoz con la petición de que nos cediera algunas fotos para conmemorar el 10 Aniversario y completar un artículo que publicamos en nuestra Revista Rehalda en 2006. Pues bien, ya os hemos mostrado varias de instantáneas suyas en los baners 10A y el baner de felicitación de Navidad y hoy os mostramos algunas fotografías más que ilustran su artículo que se convierte así en conmemorativo de nuestro 10A. Todo un regalazo de Navidad que queremos agradecer públicamente con estas líneas. Ahí va:
JAIME LAHOZ VICARIO | Muela de San Juan: Más allá del esquí de fondo | REHALDA Número 4 | Año 2006
Siguiendo por los rincones de ensueño de nuestra sierra, la Muela de San Juan ocuparía sin duda un lugar preferente en nuestra lista. Más allá de la explotación turística del esquí de fondo, la montaña nos esconde una orografía, como pocas, que invitan al senderismo y al descubrimiento de sus encantos cársticos, históricos y sobre todo naturales. Pero si hubiese que destacar algo por encima de todo sería sin duda las panorámicas que ofrece desde su mirador. La Muela de San Juan se presenta majestuosa ya algunos kilómetros antes de llegar a Griegos, sus 1.836 metros de altitud no pasan desapercibidos a cualquiera, así como su frondoso pinar nacedero desde las mismas faldas de la montaña. Es una montaña diferente de las demás, y es que no termina en un pico, sino en una extensa meseta que a duras penas podemos abarcar con la vista, de ahí su nombre de “muela”; rasgada tan solo por dos barrancos que se abren camino al noroeste como son el de la Sielva y el de los Avellanos. Una de las mayores riquezas es su geografía cárstica que la ha dotado con su relieve característico, así pues podemos encontrar dolinas, cuevas, simas, etc… Históricamente conserva aún restos de civilizaciones celtíberas en sus “faldas”, así como necrópolis y vestigios de lo que antaño fueron los habitantes de nuestra sierra. Pero también podemos descubrir fácilmente restos mucho más presentes como trincheras de la guerra civil (muy bien conservadas) o antiguas caleras donde los abuelos de nuestros abuelos ya extraían este material de la roca calcárea que servía para la construcción de las casas. Pero si de algo podemos disfrutar en la Muela de San Juan es de un agradable paseo por sus frondosos pinares de pino albar y dejarnos engullir por el trinar de pajarillos y el susurro del aire entre las acículas de los árboles. Cualquier época es buena y mientras que en los meses más favorables podremos disfrutar de un mejor clima, el invierno es para mí, preferido por ese manto blanco que embellece aún más si cabe los espesos bosques de la Muela. No nos ha de extrañar levantar algún ciervo, corzo o gamo en nuestro paseo, pues abundan por la zona, así como sorprender alguna ardilla dando buena cuenta de sus piñas, a la más veloz de las liebres en los claros o, con algo más de suerte, tal vez alguna raposa en busca de topos y topillos. Si la salida es en invierno sobre la nieve, una actividad fascinante es ir leyendo sobre el manto blanco las pisadas de unos y otros y aprender, diferenciar y catalogar cada una de ellas. Pero es conveniente en nuestra visita no dejar de visitar el fantástico mirador que hay justo a los pies de la torreta contra incendios y de la Cruz de Santa Bárbara porque desde él tendremos una de las mejores vistas de la sierra. Por otro lado, el paraje de Peñas Altas, en la vertiente de Guadalaviar también ofrece un estupendo mirador sobre un seguido de riscas y farallones calcáreos donde aparte de descubrir en el horizonte territorios de Cuenca y Guadalajara, también podremos disfrutar de grajillas, cuervos, buitres y con algo de suerte algún alimoche. Y ya que estamos en la vertiente Sur, no podemos olvidar que en una de sus vaguadas nace el famoso río Guadalaviar (que una vez se una con el Alfambra en Teruel pasará a llamarse Turia). Estamos pues, ante un enclave importante de nuestra serranía, visita obligada para cualquier turista de la sierra y que aparte de contar en su meseta con un Restaurante y pistas de esquí de fondo esconde un enclave natural digno de visitar más allá del deporte blanco. Galería de imágenes de la Muela de San Juan
|