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Estudios históricos sobre la Comunidad de Albarracín. I

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Estudios históricos sobre la Comunidad de Albarracín. I. ESTUDIOS
LATORRE CIRIA, José Manuel, [Coordinador]
Edita: COMUNIDAD DE ALBARRACÍN, 2003
Diseño portada: Activa, Diseño industrial y gráfico
Depósito legal: Z-1975/03
ISBN de la obra completa: 84-607-8386-3
Imprime: ARPIrelieve, S.A.
Motivo de la portada: Antigua arca de los oficios de la Comunidad

INTRODUCCIÓN

La Comunidad de Albarracín, junto con la de Calatayud, Daroca y Teruel, tuvo su origen en la Edad Media y es la única que ha pervivido hasta nuestros días, sobreviviendo incluso a la propia orden de disolución de las comunidades, dictada por el gobierno de la nación en el año 1837. Naturalmente, su centenaria historia está marcada por las transformaciones y adaptaciones a entornos políticos y sociales cambiantes, de tal manera que la Comunidad actual es sin duda muy diferente de la inicial.

La historia de esta institución ha merecido poca atención hasta la fecha, frente a la de otras comunidades aragonesas, como Daroca o Teruel, que sí cuentan con algunos sólidos estudios. Uno de los primeros que se ocupó de la Comunidad de Albarracín fue Damián Murciano, en una historia de Albarracín que escribió en 1623. Es ante todo una historia de la ciudad de Albarracín, pero recoge algunas referencias a la Comunidad, como la sentencia de Aznar de Arbe, la de Arnal de Eril, las ordinaciones de Guallart y la ley de sumisión, además de recordar el deseo comunitario de separarse de la ciudad.

En el siglo XVIII Ignacio de Asso ofrece algunos datos económicos, como las referencias a la calidad de la lana de los ganados serranos. También Isidoro de Antillón escribió sobre diversos aspectos de la vida de la Sierra.

A lo largo del siglo XIX se producirán las aportaciones de Vicente de la Fuente, que será el primer autor que pondrá en relación a la Comunidad de Albarracín con las castellanas y las demás comunidades aragonesas; pero su aportación es más de tipo teórico que de investigación específica.

La tesis doctoral inédita del jurista Mantecón Navasal, elaborada a comienzos del siglo XX, aborda desde el campo del derecho el estudio del origen, desarrollo y características del régimen primitivo de comunidad. Se trata del estudio más completo existente sobre la misma, aún cuando puedan apreciarse en él una serie de limitaciones propias del momento en el que fue escrita.

Más tarde, Villar y Romero reflexionará sobre la Comunidad, aunque sin aportar novedades especialmente significativas. Mayor interés tienen los trabajos de Martín Almagro, aunque sus investigaciones se centran básicamente en la ciudad de Albarracín y, sobre todo, en los tiempos del señorío de los Azagra.

Por último, mencionar un serie de trabajos, obra de los autores que en esta misma obra escriben, publicados en las actas de las jornadas sobre los fueros de Teruel y Albarracín, celebradas en 1998 con ocasión del aniversario de la derogación de estos fueros por Felipe II. Es justamente en el marco de ese encuentro científico donde surgió el proyecto de profundizar en el estudio de la Comunidad de Albarracín, a la vista de la escasez, casi inexistencia, de trabajos sobre la misma.

Hoy presentamos aquí el fruto de un esfuerzo investigador que ha permitido elaborar unos materiales que sientan Las bases de un sólido conocimiento de la Comunidad. En una primera parte se estudia la evolución institucional de la misma, desde sus orígenes a comienzos del siglo XIV hasta nuestros días, precedido todo ello de un análisis sobre los estudios referentes al resto de comunidades españolas, a modo de marco de referencia.

En una segunda parte se ofrecen algunos estudios sobre distintas realidades económicas del territorio comunitario, como un primer avance sobre la hacienda de la Comunidad, un estudio sobre la ganadería en la Edad Moderna, los problemas de [as vías pecuarias en el primer tercio del siglo XX o una visión sobre la siderurgia tradicional, de relativa importancia en la Sierra de Albarracín.

Finalmente, se ha preparado un amplio apéndice documental donde se recogen las ordinaciones de gobierno y algunas concordias entre la ciudad y la Comunidad. Las ordinaciones y reglamentos de la Comunidad son importantes documentos para apreciar su evolución histórica, e incluso para abordar algunos de los problemas que hoy tiene planteados esta institución. Además, su publicación permitirá que los estudiosos del derecho puedan alumbrar nuevos estudios sobre la Comunidad y sobre el régimen jurídico que regía en las tierras del sur de Aragón durante la Edad Media y Moderna. Se han añadido también las ordinaciones de la ciudad elaboradas en los siglos XVI y XVII por cuanto incluyen en su articulado disposiciones que afectan a las gentes de la Comunidad, como todo lo referente a la justicia, el control de los montes o diversas cuestiones de «policía». Hasta el privilegio de separación de 1689 la ciudad mantuvo toda una serie de competencias sobre el territorio de la Comunidad que quedan perfectamente reflejadas en sus ordinaciones. Podrá apreciarse también en ellas, especialmente en las de 1564, el intervencionismo real en la administración de la justicia, que desembocará finalmente en la derogación de los fueros propios acaecida en 1598, fecha en que estos territorios pasarán a regirse por los fueros vigentes en el resto de Aragón.

El trabajo que aquí se ofrece al lector creemos que sienta las bases para un mejor conocimiento de la Comunidad, pero no agota el tema. Será preciso continuar con nuevas investigaciones que vayan completando las cuestiones que hoy todavía son poco conocidas. El estudio de la vida de la institución comunitaria habrá de completarse con investigaciones sobre sus élites dirigentes a lo largo de la historia y también con una profundización en la actividad económica y financiera de la Comunidad.

La ganadería tuvo mucha importancia en la vida de la Sierra desde los más remotos tiempos medievales. Es justamente este período inicial el que queda por completar de investigar, así como los tiempos más recientes, es decir, los siglos XIX y XX. No menor importancia tiene el estudio de los montes y de las formas de explotación y de preservación que se han utilizado históricamente.

Las actividades industriales no cabe duda que fueron importantes en el pasado y que fueron las responsables de que la Sierra albergara una población muy superior a la actual. Será preciso profundizar en el análisis de la siderurgia y la minería, pero, sobre todo, es preciso iniciar el estudio de la industria textil, tan importante en el pasado de la tierra.

El derecho vigente en la Comunidad hasta 1598, una de sus señas de identidad, merece un estudio en profundidad que hasta ahora no existe, tanto por lo que respecta al conocimiento de los fueros como al de su aplicación práctica por los tribunales de la época.

Las disputas con la monarquía en el siglo XVI parecen tener en el derecho uno de sus frentes principales, pero las tensiones entre los Austrias y las élites locales de la época, especialmente las urbanas, merecen una investigación que complete lo aportado en su día por Martín Almagro.

Finalmente, el terreno de las creencias y del papel del clero en la sociedad está también por explorar, más allá de los estudios sobre la desmembración del obispado de Albarracín respecto de Segorbe en el siglo XVI.

Todas estas tareas serán abordadas en los próximos años por las personas que en este libro colaboran, o por aquéllas que se incorporen en lo sucesivo a esta empresa de estudiar una comunidad, en el sentido institucional y social, de gentes situadas en un espacio de montaña que se organizaron con formas peculiares y que se han ido adaptando a los cambios económicos, sociales y culturales que el devenir histórico les ha ido presentando.

Por último, no quisiera acabar estas líneas sin agradecer a las personas que forman actualmente la Comunidad de Albarracín la confianza depositada en los autores de este libro y la sensibilidad mostrada hacia los temas históricos. El agradecimiento es general hacia todos los alcaldes de los veintitrés pueblos, pero se me permitirá que lo personalice en Carlos Muñoz, Presidente de la Comunidad, en Olga Escriche, Secretaria de la misma y en Rosario Pinedo, anterior secretaria, por ser las personas con las que el trato ha sido más directo y por las atenciones que en todo momento han tenido con nosotros.

José Manuel Latorre Ciria Profesor Titular de Historia Moderna Universidad de Zaragoza

COAUTORES DE LA OBRA

José Manuel Latorre Ciria | José Luis Argudo Périz | Juan Manuel Berges Sánchez | José Luis Castán Esteban | Eloy Cutanda Pérez | Javier Martínez González | Carlos Mas Arrondo | Pedro Saz Pérez

AMPLIAR INFORMACIÓN

https://cecalbarracin.files.wordpress.com/2013/08/estudios-historicos-volumen-i-sin-portada-ocr.pdf

Autor: Manuel Matas

Miembro de la Junta Directiva de CECAL

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