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| Centro de Estudios de la Comunidad de Albarracín

Cultura local: ejemplos de Centros de Estudios con gran actividad

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Están muy cerca del territorio, prestando atención a esas pequeñas historias que emocionan a todo un pueblo, ese que acude en masa a escuchar cómo les descubren la vida del pasado, que les recuerda lo que hoy son. La labor de los centros de estudios locales es un goteo constante de cultura, en pequeñas dosis, y de esa que revaloriza los detalles frente a los grandes acontecimientos.


Unos detalles que difícilmente se plasmarían en un libro, un artículo o un documental si no fuera por el apoyo que prestan estos centros, que sirven también como lugar de tránsito en el que se encuentran inquietudes que dan frutos en forma a veces de documento gráfico, exposición o simplemente una charla.

Pero esta labor depende y mucho del empuje de un puñado de personas que, al frente de estas asociaciones sin ánimo de lucro, dedican buena parte de su tiempo libre a que cada socio de los que sustenta el centro sienta como propio todo ese trabajo de apoyo a la investigación. Y hasta ahora se ayudaban también de las subvenciones de instituciones y entidades bancarias que, con la crisis, aseguran que prácticamente han desaparecido. Ilusión y trabajo sin esperar casi nada a cambio. Si acaso, la satisfacción de un pueblo que se siente orgulloso de su pasado.

“Da gusto cuando llegas a un pueblo para dar alguna charla a petición de alguna asociación y ves que hay 50 o 60 personas. A lo mejor no es mucha gente pero es que es todo el pueblo”. El que sonríe mientras evoca esos momentos, que son en buena medida el combustible de estos centros, es Juan Manuel Berges, presidente del Centro de Estudios de la Comunidad de Albarracín desde 2005. “Estamos pegados al territorio, somos próximos y nuestro mayor patrimonio son nuestros socios”,  unos 500 en la actualidad, cuando están a punto de cumplir diez años de vida.

Como en el caso de otros centros, sus mayores esfuerzos se centran en mantener las publicaciones periódicas que hacen llegar a los socios todo ese ingente trabajo de investigación que arroja luz sobre tradiciones, devociones, patrimonio o la naturaleza local. Pero el trabajo no se queda ahí, porque hay muchas maneras de contar ese pasado y también la riqueza del entorno que rodea a sus gentes: documentales, libros, charlas y exposiciones … se trata, dicen, de acercar la cultura al mundo rural, en la forma que sea, y no siempre es fácil.

Depende en buena medida de contar con “un proyecto claro, definido y consensuado”, añade Berges, y la entrega y el compromiso de unos cuantos que deciden dar el paso al frente y tirar del carro. En esa línea apunta también Fran Martín, trabajador del Centro de Estudios del Jiloca, que cuenta con unos 900 socios y 25 años de historia. “Necesitamos que la gente se anime a participar, que se dé cuenta de que esto es importante y si no lo hago yo por mi pueblo no lo va a hacer nadie”. Este centro de estudios es uno de los más activos y con más larga tradición de la provincia, aunque reconocen que también los recortes han frenado ambiciosos proyectos como el de recopilación de la memoria oral. “ La crisis económica ha ido acompañada también de una crisis de ilusión, y cuesta hacer entender que lo importante de este centro no es que con la cuota anual reciban unas publicaciones, sino que contribuyen a su existencia”. Ante las dificultades, apela Martín, hay que colaborar más si cabe con las asociaciones locales e instituciones.

Para José Ángel Guimerá, presidente del Centro de Estudios del Bajo Martín la importancia de estos centros está en que su única vinculación y preocupación es el territorio. Es la cabeza visible de un grupo de gente joven, eso que desean en otros centros, que ha tomado el relevo para dinamizar la cultura local en esta zona pero también para traer otras manifestaciones de vanguardia. Se han volcado en la red y las publicaciones digitales para hacer frente a las limitaciones económicas. Su deseo, explica, es que en el futuro “siga existiendo la necesidad de este centro y todos los vecinos de la comarca lo sientan como algo propio”.

GRÁFICOS DEL ARTÍCULO

FUENTE DEL ARTICULO

Diario de Teruel | Cultura (Edición dominical) | Elisa Alegre Saura | Domingo, 3 de noviembre 2013

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Autor: Manuel Matas

Miembro de la Junta Directiva de CECAL

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