Hoy hace un año que nos dejó Juan Manuel Berges Sánchez tras una larga batalla con una cruel enfermedad. Fue en Teruel un sábado 14 de Abril, día señalado por efemérides como el nacimiento de la II República Española en 1931 hecho histórico omnipresente en sus estudios sobre la Sierra. O el anuncio de la finalización de la secuenciación Genoma Humano en 2003, hito que está detrás de la lucha para la erradicación las enfermedades de origen genético entre las que están distintos tipos de cáncer como el que que acabó con la vida de Mamel. Desafortunadamente para todos la Ciencia no ha llegado a tiempo pero cabe la esperanza de que pronto lo haga y ponga remedio a tantas desgracias personales.
En este señalado día del primer aniversario de su ausencia entre nosotros, le queremos recordar reproduciendo otro de sus magníficos artículos sobre un municipio serrano, «Terriente, entre el sabor medieval de su conjunto urbano y la nostalgia del esplendor de su industria textil», publicado en 2011 en el número 21 de nuestra revista Rehalda.
LA COMUNIDAD DE ALBARRACÍN A TRAVÉS DE LA HISTORIA DE SUS PUEBLOS
Terriente, entre el sabor medieval de su conjunto urbano y la nostalgia del esplendor de su industria textil
Juan Manuel Berges Sánchez[1]
La localidad de Terriente siempre ha pasado desapercibida para la mayoría de los viajeros. El Algarbe o El Garbe ha sido su carta de presentación y poco más. Pero su entorno natural y los restos que todavía se conservan de su destacado conjunto arquitectónico tanto civil como religioso, hacen de Terriente uno de los paraísos por descubrir para aquellos ávidos por conocer los tesoros artísticos escondidos de la Sierra de Albarracín que todavía no se han divulgado para el gran público.
Terriente se nos presenta silenciosa y a la vez tranquila a lo lejos. Se intuye como villa señorial, de sabor antiguo. La armonía de sus tejados, sólo quebrada por la magnitud de la iglesia parroquial del Salvador, premoniza un entorno urbano fosilizado, intacto ante el paso de los siglos. Un recorrido pausado por sus calles nos ofrece un placer visual reconfortante que desprende la rica arquitectura popular que se preserva todavía inquebrantable ante el paso del tiempo en los recios muros de sus casas. Sorprende la amplia variedad de estilos y recursos artísticos que ofrece el urbanismo de esta localidad de tradición ganadera.
Ante nuestros ojos se nos ofrecen grandes casonas de manpostería con fachadas en hastial e intronizadas con arcos pétreos de medio punto, la mayoría, cuyas fachadas se han enriquecido con sólidas portadas adoveladas o adinteladas, con vanos de piedra de sillería adornados por bellos ejemplos de rejería singular, en ocasiones combinados con aleros muy volados tallados de madera al estilo del país.
Quizás Terriente destaca porque conserva todavía elementos góticos y renacentistas, tan escasos en la Sierra de Albarracín, que se aprecian como recurso empleado para el cierre de ventanales. Todavía se intuyen portadas medievales, algunas de ellas adornadas con molduras, pero la personalidad del urbanismo de montaña de Terriente llega al cénit de la excelencia con la notable factura de sus dos edificios gótico-renacentistas del siglo XVI.
Su ayuntamiento renacentista, el más antiguo de la zona, está presidido por un balcón corrido de madera. La singularidad del edificio la otorga su lonja inferior de dos arcos rebajados y la segunda planta con dos vanos adornados con arcos mixtilíneos tallados con delicados adornos gotizantes. Y sin duda, su parroquial, donde todavía se aprecian sus rasgos góticos en su cubierta de bóvedas de crucería estrellada, donde destaca la capilla del Cristo de Las Nieves, y al exterior su excelente portada manierista de tipo serliano, estilo usual en otras iglesias del entorno, friso con motivos platerescos y decorado con terceletes. Una obra magistral de los hermanos Avajas y Utienes[2].
Tampoco debemos omitir la sólida construcción de la ermita de Ntra. Sra. del Rosario del siglo XVIII situada a la entrada de la población en espera de una feliz restauración. Sin duda la riqueza del urbanismo de Terriente merece la adopción de medidas especiales de protección porque se trata de uno de los pocos conjuntos arquitectónicos que se mantienen todavía homogéneos a pesar de alguna intervención poco afortunada.
Un poco de historia
Vamos a retroceder a la época de luchas y sufrimiento relatados a mediados del siglo XIV, cuando estas tierras se convierten en el escenario sangriento de una guerra desigual entre Aragón y Castilla. Los textos evocan ese panorama generalizado de inseguridad y denuncian el desigual potencial bélico desplegado por ambos contendientes según se desprende del acuerdo suscrito en 1359:
… et como por ocasión de la guerra en que estamos mengua muy grata de gentes et de (fijos)dalgos de las aldeas, et de los términos de la dicha ciudat, es a saber, muchas aldeas quemadas, muchos (fijos)dalgos robados, muchos cautivos levados, de los quales fueron grandes las redirapciones, otrosí muy grandes dannyos que han recebido los del común por ocasión de la dicha guerra…
Si descendemos a la propia aldea de Terriente se manifiesta claramente la indefensión que sufrieron estas tierras ante la oleada de bandas incontroladas durante la guerra de los dos Pedros, según relatan las autoridades del concejo al alcaide de las fortalezas de Albarracín Juan Fernández de Urries, cuando a instancias del monarca Pedro IV procede a confirmar las dehesas de la aldea el 31 de agosto de 1377, cuyos privilegios habían sido robados de la casa de Juan Martínez, tal vez el oficial que custodiaba los documentos. Albarracín acababa de incorporarse definitivamente a la Corona de Aragón:
…los priuillegios de las quales defesas el dito conçeio por occasión de la guerra más cerqua pasada, senyaladament quando Johan Alfonso de la Cerda e el Rechón con otras malas companyas entraron a correr tierra de Albarrazín, e corrieron e robaron el dito lugar de Terrient, en el qual robo entre las otras cosas robaron e leuaron una caxa en la qual el dito conçeio teníe todos sus priuillegios… […] e que tenían priuillegio e que se lo leuaron con otros quando el Rechón e los bretones robaron la dita aldea…[3]
Sin duda el texto se refiere a Jofre Rechón, caballero francés de la Bretaña que militó al lado del infante de Mallorca contra los intereses aragoneses.
Y esto quiere decir que Terriente desempeñó en esa época y en otras posteriores un papel decisivo dentro de la articulación territorial de la Comunidad de aldeas. En 1495 es la segunda aldea más poblada (328 vecinos) en 1619 supera con creces el millar (1200 vecinos) mientras en 1900 es la población más habitada (en torno al millar de almas).
El privilegio citado de 1377 demuestra como en este momento Terriente ejerce su influencia jurisdiccional sobre un amplio término, donde por cierto, se había alcanzado un elevado índice de colonización. Ya se explotaban los pastizales de las dehesas de El Algarbe (llamada después La Negraleda, vendida en el siglo XVIII para hacer frente al endeudamiento provocado por los efectos de la Guerra de Sucesión), Cañada Vellida, La Muela, Cañadilla Fría, Cañada Martín Díaz, la Rompida, Salze Corbo, La Vega, Cañada Domingo Peydro y Muela Quemada. Todavía en 1457 el concejo y Común, máxima instancia de la Tierra, concedía a Terriente la dehesa de El Horcajo y Cañadilla y en 1461 el concejo de Terriente autorizaba a sus vecinos para hacer majadas en la dehesa de Cañada Fría.
A ello sumamos las masías que estaban en poder de los linajes más poderosos radicados en la aldea: Hoyos Quemados (de los Bonacha), El Algarbe (Mayor de Vera), Mierla (Mayor de Vera, D’Onyez) Villalba (Lorent y Dóniez), Hoyas de Gómez (Corico), Zarzoso (Pérez de Torres) y Torre Cavero (Cavero y Maenza).
Posteriormente, en época moderna, cinco linajes ejercerán el control absoluto sobre las instancias de poder tanto de la aldea como de la sesma a la que pertenecen: Alonso (emparentados con los Huerta), Asensio (vinculados a Hoyos Quemados), D’Onyez (Mierla y Villalba), Maenza (Torre Cavero), Vellido (valle San Pedro). Poco margen les quedaba a los campesinos de la aldea para ampliar su área de cultivo. En esta época no existían como núcleos habitados El Vallecillo, Masegoso, El Cañigral, El Toril, El Villarejo o Arroyofrío.
Y Terriente mantenía su influencia sobre El Algarbe, Hoyas de Gómez, Mierla, Villalba, Hoyos Quemados, El Villarejo, Zarzoso, el molino San Pedro (entonces llamado El Despeñadero), la masía de los Cavero y Maenza (la actual Torre Cavero) el valle San Pedro con la masía del Membrillo (entonces conocida como Codoniat), Tobías, Pradas, El Collado La Grulla, así como las heredades de El Toril y Masegoso.
El desarrollo del hábitat disperso, de las masías, adquirió un elevado auge a lo largo de la geografía de la sierra. La fuerte demanda en los mercados exteriores, italianos sobre todo, de lana fina merina producida en los Montes Universales debido a la caída del mercado inglés, contribuyó al incremento de la población derivado de una coyuntura económica favorable.
Destacamos el contrato de arriendo de la heredad de Mierla propiedad de Juan Sánchez D’Onyez de comienzos de diciembre de 1457. La minuciosidad de las claúsulas que firmó el arrendatario Juan Pérez Valero de Terriente nos sugiere cómo en esa época estaba muy desarrollada la explotación de la tierra[4].
Posteriormente se autorizaron roturaciones en terreno de la Comunidad en los parajes de Muela Quemada (1649) y labores del Pozo del collado de La Muela (1659). El 14 de agosto de 1766 se permitió a los vecinos de Terriente poder cultivar la mitad del prado de Sasecorbo, que se fraccionó en 283 suertes. También Isidoro de Antillón ofrece noticias interesantes sobre procesos ligados a un más que supuesto incremento demográfico:
…En el descenso de la de poniente de ocho años a esta parte [escribe en 1795] se han formado y puesto en cultivo 100 huertos, que con los que ya había en otros parajes prestan las verduras comunes, suficientes para el consumo de los naturales…
Personajes destacados
Los muros de mampostería de sus casas hidalgas denuncian el señorío de sus propietarios, solar de linajes de recio raigambre que a la postre han escrito páginas de oro a lo largo de una vasta historia salpicada de hechos irrepetibles, de un glorioso pasado ligado a la cría de ganado.
Terriente ha sido cuna de personajes ilustres. Todos los linajes de mayor potencial económico costeaban los estudios de algunos de sus vástagos. Mientras el primogénito gestionaba la hacienda ganadera familiar y a las hermanas se les proporcionaba un matrimonio convenientemente pactado, al resto de los hermanos se les costeaba en la mayoría de los casos la carrera eclesiástica. Algunos llegaron a ocupar las más altas dignidades de la iglesia, otros fueron meros regentes de capellanías que vivían de la renta, mientras otros se graduaban en derecho (licenciados, bachilleres) para seguir la tradición jurídica de su familia. Destacaron, entre otros, algunos miembros de los Alonso y Asensio.
De aguda pluma como Gaspar Alonso Valeria y Alloza, franciscano, intronizado en la comunidad cristiana como Fray Juan de Santa María, quien llegó a ser obispo de Solsona (1694-1699) y obispo de Lérida hasta su muerte (1699-1700). Hizo carrera en tierras italianas, en Nápoles. Por sus amplias dotes el monarca Carlos II lo nombró embajador en Viena en 1696[5]. También destacaron en esta centuria su hermano Fray Agustín Alonso y Valeria, Provincial Capuchino y escritor y Fray Raimundo Asensio, Provincial de Mercedarios.
Estos mismos linajes han patrocinado algunas capillas de la iglesia de San Salvador. La más antigua la instituyó Juan de Maenza, infanzón, señor de Torre Cavero, en 1549, bajo la invocación de la Santa Cruz, llamada a su vez de Los Dolores. El capellán tenía la obligación de oficiar misa cada quince días en la capilla de la virgen del Rosario situada en la propia masía y que hoy todavía puede apreciarse.
El 7 de julio de 1550 dispuso en su testamento Juana Asensio, viuda de Juan Díaz, entre otras claúsulas la construcción de la capilla de San Pedro. Juan Vellido y Pascuala Alonso, su esposa, eran patrones de la capilla de Santiago según dispuso en su testamento otorgado en Val de San Pedro el 23 de agosto de 1564. Unos años después el obispo de Albarracín Martín de Salvatierra autorizó el 17 de abril de 1581 a Juan Alonso la construcción de la capilla de La Concepción. El propio concejo de Terriente instituyó otras capillas donde se enterraban a los oficiales del concejo que fallecían ejerciendo su cargo. Así el obispo Miguel Jerónimo Fuenbuena junto con los regidores y alcaldes erigieron el 15 de junio de 1690 la capellanía del Dulce Nombre de Jesús y el propio concejo con el vicario de la parroquia en 1725 dos capellanías de Ánimas.
El desarrollo de las masías, del hábitat disperso, que estaban alejadas del núcleo urbano de Terriente favoreció la construcción de numerosas ermitas reservadas al culto privado y para impartir los servicios religiosos en la época de labores agrícolas. Según los datos que aporta Sebastián de Utienes en 1618 en la propia localidad se localizan:
- Emita del Rosario (Siglo XVIII. A la entrada de la localidad).
- Ermita de San Roque (estuvo situada en el actual cementerio).
- Ermita de San Fabián y San Sebastián.
- Ermita de San Cristóbal (se aprecian sus restos en el cerro de su nombre, defendido por las trincheras y casamatas de la pasada Guerra Civil).
- Ermita de San Jobito y Quilez (Sin restos en el paraje Alto de San Quilez).
- Santa María Magdalena.
- Ermita de San Juan (tal vez estuvo situada en dicha calle).
Mientras en las masías:
- Zarzoso – San Pedro.
- Hoyos Quemados – Limpia Concepción de Ntra.
- Cavero y Maenza – Ntra. del Rosario.
- El Villarejo – Santa
- Collado La Grulla – San Juan Bautista.
La religiosidad de los vecinos de Terriente se advierte a su vez no sólo en los oratorios y capillas particulares como la de la virgen del Pilar en la plaza de La Taberna que construyó el presbítero Juan Jerónimo de Agueda el 15 de abril de 1717 que hoy podemos observar en el Hotel-Restaurante Rural ”Abuelo Rullo”, sino en las limosnas que fundaron para socorrer a los más pobres. Juan Vellido (1564), Juan Civera y María González el 25 de abril de 1566, Juan Alonso y Catalina Martínez (1584) la más dotada económicamente con 2.000 sueldos, Pascuala y Juan Alonso en 1602.
Como acertadamente ya observó Manuel Fernández Rodilla, la proliferación de cruces y arcos en el caserío de Terriente fueron producto de las numerosas capellanías que se fundaron por la religiosidasd de sus vecinos y a su vez porque diversas dignidades de la iglesia tuvieron aquí su asiento (vicarios, rectores, beneficiados…). No hay que olvidar que Terriente fue cuna de numerosos clérigos y religiosos[6].
Una economía pujante
Los excelentes pastizales situados en el término jurisdiccional de Terriente contribuyeron al desarrollo de la actividad ganadera. No será de extrañar que el concejo de Terriente prohíba el 16 de julio de 1461 que entren rebaños de más de mil reses de ganado lanar en la dehesa de Canilla Fría. Tan elevado era el volumen de ganado que el 29 de mayo de 1603 se aprobaron unas ordenanzas que prohibían la entrada de los ganados a los barbechos y rastrojos de las piezas de los vecinos por el gran daño que ocasionaban.
Al efecto se habilitaron vedados en la aldea reservados para los pares de labor, que ya hemos citado, mientras los grandes hacendados hacían lo propio en las heredades privadas. A mediados del siglo XV algunos ganaderos de Terriente tenían un patrimonio agropecuario importante que los proyectó al control de las instancias de poder:
FECHA GANADERO Nº DE CABEZAS 1447 PEDRO DE SANDALINAS 2.000 1447 JUAN DE LA HOZ[7] 1.448 1447 MIGUEL MARTINEZ 1.500 PASCUAL MARCO[8] 1.000 1447 PASCUAL VALERO 1.600 1465 ANTON MARTINEZ DE MONTEAGUDO[9] 500/650 1467 ANTON MARTINEZ DE MONTEAGUDO 160 (vacuno y caballar) Sin el propósito de ser reiterativo con los datos, en las primeras décadas del siglo XVI (1513) algunos ganaderos de Terriente manifestaron varios miles de reses de ganado ovino hacia uno de los principales destinos de invernada, los pastizales valencianos:
GANADERO Nº DE CABEZAS DESTINO GIL LAZARO 1.200 ovino, 8 asnos ENGUERA MIGUEL SANZ 700 ovino, 5 asnos LIRIA PASCUAL DOMINGO 400 ovino, 2 asnos JERICA PASCUAL DE VILLALBA 360 ovino, 2 asnos ALGINET PASCUAL DE VILLALBA 850 ovino, 6 asnos CARLET JUAN SANCHEZ 720 ovino, 3 asnos CHELVA En este sentido queremos destacar a varias familias de ganaderos:
D’ONYEZ DONIEZ
Esta familia estuvo ligada a las heredades de Mierla[10] y Villalba[11]. Quizás el pleito sostenido en 1440 entre Juan D’Onyez, escudero, frente a ciudad y común de las aldeas y el concejo de Terriente, por los daños producidos en sus propiedades situadas en el prado localizado entre Mierla y el prado llamado la cañada Villalba, que dependían de la capellanía de Santa Ana, sea uno de los procesos que caracteriza la defensa de sus propiedades[12].
Yague D’Onyez es uno de los personajes identificados más antiguos. Se citan las piezas de sus hijos en la mojonación de la heredad de dos yugadas situada en la Serna de Saldon propiedad de Ibáñez de Cella, concedida mediante privilegio por Jaime II el 21 de julio de 1305[13].
Identificación miembros de la familia D’ONYEZ
Francisco Martínez D’Onyez (1395)
Gil Sánchez D’Onyez (1420)
1457 Juan Sánchez D’Onyez Quiteria Díaz 1473 Juan D’Onyez Quiteria de Espejo 1494, 23 de agosto Elvira D’Onyez Pedro de Burgos Quiteria D’ Onyez – Juan Díaz
Juan D’ Onyez Felipe Diaz-Catalina Monterda Miguel D’Onyez Cañada Villalba y Cerrada Mierla la hondonera Heredad en Terriente Hoya la Calera La mayoría de los documentos que poseemos son de mediados del siglo XV en torno a Juan D’Onyez (en ocasiones citado como Juan Sánchez D’Onyez). Ocuparon cargos destacados entre las dignidades de la iglesia. Tal vez Diego D’Onyez, beneficiado del cabildo de la iglesia de San Salvador de Albarracín, fue hijo de este personaje. Puede corroborarlo el hecho de que uno de sus vástagos, Gil Pérez D’Onyez, dean de Cuenca, instituyó la capellanía de Santa Ana con las rentas de estas propiedades, lo que vendría a demostrar que mantuvieron un reconocido prestigio e influencia en los sectores dirigentes de la diócesis.
Tenemos referencia de este personaje en la confirmación que realiza el concejo de Albarracín el 15 de noviembre de 1366 a Miguel Pérez de Bernabé de una heredad en la Vega Tajo que linda con la donación del honrado don Gil Pérez d’Onnez, arcidiano de la ecclesia de Cuenqua lo que nos sugiere que también tenían propiedades en este paraje. Otra parte de la familia se instaló en Ródenas pues Garcí Sánchez D’Onyez desempeña el cargo de rector de dicha parroquia y a su vez aparece citado Garcí Martínez D’Onyez como vecino de dicha aldea en la sentencia realizada en 1408 entre el concejo de Ródenas y sus vecinos por ciertas presuras realizadas en su término sin autorización.
SANDALINAS
Una de las familias más representativas de Terriente. Su vinculación con la ganadería queda patente porque uno de sus vástagos, Pedro Sandalinas, inscribió en 1447 en la collida de Arcos un rebaño de 2.000 reses de ovino, uno de los hatajos de mayor volumen que hemos encontrado en la documentación. Tal vez su hijo Juan de Sandalinas ilustra la influencia que tuvieron en la Comunidad de aldeas en el último tercio del siglo XV.
De las numerosas gestiones que le encomendaron destacó la realizada el 8 de marzo de 1468, cuando acudió a Cortes de Zaragoza como mensajero y para entregar el importe de la sisa atrasada. El apunte contable registrado denuncia la actividad económica que ejerce, el pastoreo de sus ovejas:
… stuuo quaranta días con lo de la relación, de los quales sacamos diez días que stuuo en sus oueias…,
pero además se constata como estaba introducido en la comercialización de la lana
… más huna arroua que traxo de fierro para pesar las lanas, costó vint ocho sueldos, más doze pesas de fierros, dos sueldos…
Su potencial ganadero e influencia en las instituciones de la Tierra fueron determinantes en la gestión encomendada por la Comunidad de aldeas a Francisco Sandalinas en 1486 para recabar información en Valencia por el peligro que suponía para los ganados de la Sierra las continuas cabalgadas que se realizaban en Manzanera sobre los ganados trashumantes que atravesaban estas tierras en dirección a los invernaderos valencianos. El vizconde de Chelva comunicó que no se ofrecían garantías suficientes al traslado de ganados.
Ocupó el cargo de regidor en los ejercicios: 1464, 1467, 1468, 1473, 1474, 1486, 1488, 1491. Síndico procurador enviado en 1488 ante Fernando II para solicitar al monarca que exigiese al juez la visita de términos. Además fue uno de los ocho árbitros elegidos en la importante sentencia de 1493. En 1507 identificamos a Pascual Domingo de Sandalinas, regidor, y en 1512 Francisco Sandalinas desempeña el mismo cargo (identificamos el mismo nombre en 1487). Otro miembro de la familia, Jaima Sandalinas, entroncó con los Fuertes de Villar del Cobo.
Sus rebaños también fueron objeto de saqueo entre las numerosas cabalgadas realizadas por los concejos castellanos, una de ellas datada en 1471 cuando las huestes de Huélamo robaron su ganado. Su vinculación con la actividad ganadera se manifiesta a través de aislados documentos relacionados con el comercio de la lana, como veremos más adelante, y con el arriendo del montazgo.
DE LA SIERRA
Otra de las familias más notables de la aldea de Terriente, aunque de menor potencial. El más activo Bartolomé de La Sierra a fines del siglo XV -en 1498 ocupa el cargo de regidor de la comunidad de aldeas-. En 1492 debió incrementar su cabaña ganadera pues el 21 de octubre compra a Mateo Pérez, vecino de dicha aldea, una partida de ovejas por 1.600 ss. a pagar el día de San Miguel de los siguientes cuatro años.
Su participación en los circuitos de trashumancia se constata en la demanda recibida por parte del mayordomo Martín Gómez el 3 de marzo de 1502, quien le reclama 20 carneros que había sustraído a Sancho Millán de Castiel. El referido Bartolomé justificó su acción porque los tomó como pago de la venta de unos borregos que no había cobrado. No obstante el mayordomo le insta a que los entregue dentro diez días que serán venidos sus ganados de stremo e entrados en tierra de Albarazín.
ASENSIO
En ocasiones también se cita como Asensi (tal vez por su relación con las tierras valencianas). Ya en 1294 el concejo de Albarracín confirma a los herederos de don Asensio la heredad del Espeñadero (actual cascada del molino San Pedro). A mediados del siglo XV ya se incorporan a la oligarquía concejil de la aldea de Jabaloyas[14], una situación que se consolida a principios de la siguiente centuria en las instituciones de la Tierra[15].
No obstante otros miembros de la familia se establecen en aldeas limítrofes: Terriente (Martín Asensio, 1415; Martín Asensio, tejedor, 1456), Moscardón (Per Asensio, 1456 y 1496). O incluso más alejadas, tal vez como consecuencia de su vocación trashumante (Juan Asensio, 1492, Huélamo)[16]. Como tónica general se relacionaron con lo más granado de la sociedad albarracinense (Magdalena Asensio, esposada con Diego Amigó, 1505).
Su vinculación con la actividad pecuaria se puede rastrear a través de los libros de Collida (Juan Asensio, 1446, Jabaloyas, 40 reses de cabrío. Pascual Asensio el mismo ejercicio: 883 cabezas de ganado ovino), pago del herbaje turolense (Pedro Asensio, 1465, rebaño aproximado de 400 reses) o bien en la documentación notarial: Pedro Asensio vende el 3 de octubre de 1494 a Per Alamán, mercader de Valencia, una partida de carneros valorada en 2.662 ss. y 6 ds. (moneda valenciana).
Los ganaderos recorrían las largas rutas de trashumancia para llegar a los pastos de invierno a través de la cañada conquense de Los Chorros con destino a Andalucía y las de Zafrilla y Salvacañete para arribar tanto al norte como a la fértil huerta de Valencia. El paso El Melón hacía de unión desde la fuente Cadoncho para conectar la cañada de la Venta con la de Cuesta Blanca en el paraje de cañada Las Nieves, mientras volvía por Cañada Martínez con destino a la fuente Las Estacas, extenso majadal y abrevadero que acogía a todos los rebaños que descendían por las laderas del Ocejón hacia los pastos valencianos y murcianos. Otros pasos o servidumbres tenían un carácter local como el Paso de Las Canales o el paso Cencerrero. Este último fue autorizado por el concejo de Terriente el 16 julio de 1461 para que los ganados que pastaban en la dehesa de Cañada Vellida pudiesen bajar a abrevar al río de Los Molinares.
Contratos de ganado
Era usual que el ganado se cediese a medias bajo unas condiciones reguladas por la costumbre que aceptaban previamente las partes contratantes. Por su interés reproducimos un documento en apéndice documental fechado en 1456 donde Culema de la Portella, judío de Albarracín, entrega a medias una partida de ganado a Pedro Martínez de Zarzoso, vecino de Terriente:
- El ganadero que cedía el ganado seguia manteniendo su propiedad hasta una vez expirado el contrato.
- Los machos se partían a medias para San Juan.
- Las hembras se reservaban para la reproducción y no se repartían hasta concluido el plazo.
- El queso y la lana se dividían en dos lotes.
- En caso de ir a extremar el propietario asumía el 10% de los gastos.
- Si se producían pérdidas de ganado (muerte, extravío) o si se vendía se suplían con otras
En otras ocasiones fue la iniciativa pública, en este caso el propio concejo de Terriente, quien administró su propia cabaña ganadera. El profesor José Luis Castán Esteban estudió el Libro de Cuentas de la Administración del ganado del concejo de Terriente (1691-1771) por lo cual conocemos con detalle cómo se gestionaba la cabaña municipal en dicho período[17]. El sistema era simple. El concejo compraba corderos que luego vendía a los carniceros. Un 71% de los ingresos procedía de la venta del ganado mientras un 16% era producto de la lana. Respecto a los gastos la mitad se destinaba a la compra de animales, una tercera parte al pago de los pastizales de Picassent, donde invernó la cabaña en dicho año, al acopio de sal, pez y otros productos, mientras la soldada de los pastores suponía un 15%. El negocio estaba claro pues en 1692 se obtuvieron unos beneficos de 3.360 sueldos por la gestión de 718 reses de ganado lanar.
La lana y la industria textil
El profesor F. Melis ya citó los centros laneros que abastecían el mercado italiano en el siglo XV: Albarracín, Bezas, Bronchales, Jabaloyas, Orihuela del Tremedal, Saldón, Terriente, Torres de Albarracín, Villar del Cobo.
Los “traginers” valencianos Guillem Gribes, Joan Simó, Pere Corbín, Bertolomeu Scolano y Antoni Lanata, contratados por el comerciante Andreu Ortis,citan las poblaciones del suroeste de la Sierra donde recogen la lana: “en la serra de Albarrazí e en Xea, ço es en los lochs de Terrente, de Frías, de la Vall de San Pedro, de Jaualoyas”.
Al margen de la ciudad de Albarracín, la aldea de Terriente floreció por el desarrollo de su industria textil. El caudal del río del Algarbe era suficiente para mover la importante concentración de 2 batanes y 2 molinos harineros. De ahí deriva el topónimo “los molinares”.
Comerciantes de Valencia arribaban a Terriente para adquirir la lana merina que producían sus rebaños. Los contratos se redactaban un año antes. El ganadero se comprometía a entregar una cantidad de arrobas de lana en torno a la festivad de San Juan del ejercicio siguiente, a costa de percibir un porcentaje del precio ajustado aunque a un precio inferior de mercado. No obstante, ese dinero adelantado servía para pasar con holgura el invierno: comprar forraje y sal, pago de los pastos, renovar la cabaña, arreglo de apriscos, sueldos…. Un documento de las primeras décadas del siglo XV (6 de noviembre de 1422) donde interviene un vecino de Terriente nos aproxima al contenido de las condiciones pactadas en estos contratos de compromiso de entrega.
Domingo Martínez de Terriente, residente en Zarzoso, se compromete a entregar a Gonzalvo Ruiz, escudero, vecino de Teruel, 50 arrobas de lana a entregar en torno a la festividad de San Juan del año siguiente. Recibe de anticipo 35 florines. Si por esas fechas el precio de la arroba estaba en torno a un florín, quiere decirse que el ganadero percibía un 70% del precio ajustado por adelantado, una cantidad nada despreciable.
Aunque de siglos posteriores consideramos interesante destacar las noticias sobre la economía de Terriente que en 1795 destaca el ilustrado Isidoro de Antillón[18]:
…El clima es frío, aunque no tan destemplado como el de otros pueblos de la Sierra. Su término se comprende en una legua en cuadro, de calidad ya arcillosa, ya arenisca, ya rubial, según los diversos heredamientos. Los frutos que se cultivan son de trigo mediano unas 12 o 13.000 fanegas,, 850 de cebada, 924 de avena, y bastantes lentejas y garbanzos de buen gusto y calidad. También se crían en algunas partes del término fresas naturalmente…
…Poseen los vecinos 8.700 cabezas lanares, parte trashumantes parte estantes, y poco vacuno. La lana toda se vende en rama, a excepción de 995 varas[19] de cordellate[20] que se manufacturan, y se suele vender cada vara a dos reales de plata. Según consta de los registros del siglo pasado, se fabricaban en este pueblo 20.000 varas de cordellate, las que se vendían a los franceses que acudían a comprarlas a varias ferias de Daroca. Hay 300 vecinos, aunque en el catastro solo suenan 160. Se trabajan más de 2.900 varas de lienzo…
Hacia un prometedor futuro
Así, pues, se destaca como durante el siglo XVII floreció en esta localidad una industria textil especializada para sumirse una centuria después en una crisis profunda, como sucedió en el resto de los centros textiles por la caida de los mercados estatales y exteriores. En 1793 ya estaban arruinadas las fábricas de paños finos de Terriente. Unos años antes, en 1784, sólo se documentan seis fabricantes de lana y tres de lino o cáñamo. La Guerra de la Independencia fue el detonante final.
No obstante, las gentes de Terriente también destacaron en otras actividades económicas, algunas ligadas a la artesanía: zapateros; otras relacionadas con la explotación forestal de sus extensos pinares, en especial la transformación de la madera cuyos vestigios todavía hoy se observan en la bella factura de los dinteles de las puertas con una o varias hojas con portón (fines del siglo XVIII).
También en el aprovechamiento de la riqueza de su subsuelo como fue la explotación de la mina de carbón de piedra situada en las proximidades de la ermita de San Sebastián. En la actualidad puede observarse el torreón/palomar recientemente restaurado que semeja los restos de una fortificación. En sus tiempos fue un criadero de palomas mensajeras, tan importantes para acelerar las noticias y la comunicación en una época donde el tiempo tenía otro valor.
Y hoy Terriente presenta su mejor rostro a través de casas de nueva factura que han sabido respetar en general el sabor de lo antiguo. Ha bastado con utilizar la piedra tallada que abunda en sus alrededores, combinada con el metal de hierro que adorna sus ventanas y la madera noble que abunda en sus bosques. O rescatar entornos naturales emblemáticos como las fuentes de El Cubo y del Chorrillo, donde la generosidad de Amadeo Sánchez Soriano, en esta última, se ha perpetuado dando vida al agónico olmo de la masía de Hoyos Quemados.
Y así lo antiguo y lo moderno se yuxtaponen en una delicada armonía de formas que da como resultado uno de los conjuntos de arquitectura popular más homogéneos que todavía se conservan en la Sierra de Albarracín.
Sin duda alguna el entorno de El Algarbe ha sido el mejor embajador de Terriente. Su zona de acampada incrustada como un apéndice en el corazón del bosque está presidida por magníficos ejemplares de pino negral (que dan nombre a La Negraleda). Este espacio natural acompasado por el armonioso murmullo del arroyo de Los Molinares que lo atraviesa, se ha convertido en una de las mejores áreas recreativas de la Sierra. Será difícil encontrar un prado tan amplio que presuma de una superficie de césped tan llana como pulcramente cuidada.
Si a ello sumamos la oferta privada de Viviendas de Turismo Rural, El Hotel-Restaurante Rural Abuelo Rullo y el camping/restaurante del área recreativa El Algarbe, así como los servicios municipales del Multiservicio Los Enebrales, estaremos de acuerdo en afirmar que los vecinos de Terriente se han volcado en la difusión de su patrimonio arquitectónico y natural con una amplia propuesta de servicios que pretende satisfacer la estancia del visitante más exigente.
NOTAS
[1] Doctor en Historia, CECAL. Las noticias aportadas proceden en su mayoría de mi tesis doctoral: Actividad y Estructuras pecuarias en la Comunidad de Albarracín (1284-1516). Un resumen de la misma fue publicado por el CECAL en 2009. Abreviaturas: ACA [Archivo de la Corona de Aragón], AHPT [Archivo Histórico Provincial de Teruel], A.M.Gea [Archivo Municipal de Gea], A.M.Terriente [Archivo Municipal de Terriente]. Siglas: ss. (sueldos), ds. (dineros), ap. (apéndice).
[2] TOMAS LAGUIA, C., “Las iglesias de la diócesis de Albarracín”, Teruel, 32, (Teruel, 1964), pp. 127-138.
[3] A.M.Terriente, Sección I-5, 27.
[4] Por su interés lo hemos incluido con el núm. 3 en el apéndice documental.
[5] Sobre este personaje damos más referencias en el apéndice. Vid. COLLADO FERNÁNDEZ, Tomás, Armonía entre la historia general de la Nación y la particular de Albarracín. Ms. particular, Albarracín, 1848, capítulo XXIX, fols. 340-342 (reed. por CECAL, en prensa) y ESTEBAN, L., Obispos nacidos en Teruel y provincia (s. XIII-XXI), Imprenta PMc Media, Valencia, 2010, pp. 32-36.
[6] FERNANDEZ RODILLA, M., Curiosidades de Terriente, Ayuntamiento de Terriente y Comarca de la Sierra de Albarracín, 2009, pp. 123-132.
[7] Regidor de la Comunidad en 1501.
[8] Miembro de una familia dominante en la aldea. Juan Marco, notario de Terriente, certifica que María Dornach, esposa de Domingo Martínez, residente en El Toril, granja o masada de la dicha ciudat, otorga poderes a su esposo para poder vender hasta la suma de 25 ss. censales cargados sobre su vivienda y heredad llamada El Toril. (1519, septiembre, 11. A.M.Gea, Sección III-1, 32, fols. 52-53). Pascual Marco ya aparece citado en 1457 residiendo en El Toril, granja y término de la ciudad, con propiedades en Jabaloyas.
[9] Juan Martínez de Monteagudo, regidor de la Comunidad en 1495 y 1506. Notario en 1505 y 1509.
[10] Además de sus excelentes pastos, en la heredad de Mierla se explotaban otros recursos. El 1 de enero de 1456 Juan D’Onyez contrata a García de Baraona, de Terriente, para realizar una calera de cal de 700 fanegas (A.M.Gea, Sección III-1, núm. 6, fols. 3-3v). Juan Sánchez D’Onyez arrienda el 4 de diciembre de 1457 toda la casa et lavor, yiervas, prados de la heredad de Mierla a Juan Pérez Valero de Terriente.
[11] 1420, marzo, 14. Carta de Deudo, Gil Sánchez D’Onyez, escudero, vecino de Villalba, su yerno Pedro Martínez de Exea y Pedro Martínez Ferrer, de Terriente, reconocen a Juan Fernández de Heredia, señor de Gea, la deuda de 46 fanegas de trigo.(A.M.Gea, Sección III-1, núm. 2, fols. 16v-17). Identificación miembros de la familia D’ONYEZ Francisco Martínez D’Onyez (1395) Gil Sánchez D’Onyez (1420)
[12] 12 A.M.Terriente, Sección III, núms. 1 y 2.
[13] 13 ACA, Registro Cancillería, 203, fols. 89-89v.
[14] 14 Pascual Asensio, regidor, 1447.
[15] 15 Juan Asensio: regidor en 1490, procurador general en 1505.
[16] 16 Sin constar su residencia: Martín Asensio, 1456, Pascual Asensio, 1415, carnicero. Tal vez de Frías, Mingo Asensio, 1496.
[17] 17 Información que puede ampliarse en: CASTAN ESTEBAN, J. L., “La ganadería en Albarracín en la Edad Moderna”, Estudios Históricos de la Comunidad de Albarracín (José Manuel Latorre, coordinador), edita Comunidad de Albarracín, tomo I, (Zaragoza, 1993), pp. 542-550.
[18] 18 ANTILLON, Isidoro de, Descripción del Partido de Albarracín en 1795, edición de José Luis Castán, CECAL, 2006, pág. 61
[19] 19 Medida de longitud que en Albarracín equivale a 768 mm.
[20] 20 Cordellate: tejido basto de lana.