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Historia del Señorío de Albarracín

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Historia del Señorío de Albarracín(1)

José Luis Castán Esteban(2)

Historia del Señorío de Albarracín(1)

José Luis Castán Esteban(2)

Antecedentes: Periodo Musulmán

No hay datos precisos, ni siquiera refe­rencia alguna concreta acerca de la pobla­ción cristiana v árabe en tierras de los Beni Razín, aunque es posible que hubiera mo­zárabes y muladíes (Bosch 1959 p.81). Incluso es viable un núcleo hispano-visigodo entorno a una iglesia o ermita (la de Santa María).

Según Jacinto Bosch, en un libro que tiene como base su tesis doctoral, y del que promete una segunda y tercera parte, dedicadas a fiestas, literatura, personajes ilustres y traducciones de textos árabes, no se han conservado descripciones ni muchos datos de la ciudad —aunque Antonio Almagro publica una hipotética en su libreta turolense-. Sólo sabemos que el linaje de los Beni Razín es berberisco. Se instalarían durante el emirato Omeya. Sí que se sabe que su dominio se extendería a Castelfabid, Calamocha, Ródenas, Cella, Alfambra, Jar­gue, Gúdar, Monteagudo, Camarena, Mon­real, Singra, Torre la Cárcel, Villel. y Teruel, siendo su límite la sierra de San Just (Bosch 1959 p. 61) donde se citan torres o castillos musulmanes. Según Almagro, un cami­no de herradura comunicaría Cuenca con Huélamo, Frías y Albarracín (Bosch 1959 Lámina II, p. 48). Serían en este sentido, berberiscos de vieja cepa, de los primeros años de la conquista.

La primera noticia que tenemos es del castillo de Santa María de Poniente. En él viviría Meruán ben Razín, como jefe mili­tar de Abderramán III. De hecho participaría en la muestra que trajo a Córdoba 5.000 cabezas de cristianos el 31 de julio de 955.

Hudail Abdel Melic, E1 hijo del Calvo» es el primer señor de Albarracín rebelde al poder central del Califa Hixem II entre 1010 y 1011 (Bosch 1959 p. 119). Se proclama independiente en su castillo (hins) y construye o reconstruye la ciudad alrededor de él en el año 1013 o .1014 (Bosch 1959, p.63), contando con un maestro, que también hacía de imán y muecín. Comienza una etapa de prosperidad cuyo reflejo sería la torre del Andador. La ciudad se pasa a llamar de Santa María de Aben Razín, y será uno más de los reinos taifas de la península, junto con Zaragoza, Lérida, Torto­sa, Alpuente, Murviedro, Valencia, Denia, Almería, Murcia, Badajoz y Sevilla.

En la crónica de El Cid tenemos nuevos datos. Rodrigo de Vivar se reúne con este rey taifa haciéndolo tributario. en su ruta hacia Valencia, y le cede incluso el casti­llo de Murviedro en 1092 (Bosch 1959 p. 155). Esta buena relación se rompe en 1093 cuando el moro propone al rey de Aragón encargarse, dejando al Cid aparte. de la conquista de Valencia. El castellano ocupa la sierra de Albarracín y vuelve a hacerle pagar tributo. En esta batalla el Cid caerá en una emboscada de doce moros contra cin­co de sus caballeros, quedando gravemente herido. (Bosch 1959 p. 1571).

En la lucha por la conquista de Valencia. el señor de Albarracín toma partido por los Almorávides. en contra del Cid. siendo derrotado por sus tropas en Quart. En 1097 el Cid toma el castillo de Murviedro tras un sitio. En 1103 muere el primer soberano de Albarracín.

Yahia, su hijo, le sucede cuando ya los almorávides dominan España. A pesar de su teórica independencia, Albarracín pasa a ser un distrito de Valencia (Bosch 1959 p.171), llegando las tropas almorávides a ocupar Albarracín en 1104, quedando a partir de entonces bajo el gobierno de una guarnición militar. Los descendientes de los Beni Razín fueron posiblemente a Valencia. Así permaneció hasta que Mohamed Ben Mar­danis. el rey Lobo, señor de todo Levante, lo traspasara en circunstancias poco claras en 1170 a Pedro Ruiz de Azagra.

Señorío de los Azagra de 1170 a 1260

Ben Mardanis (hijo de Martínez, para Almagro) fue presionado por el poder almo­hade, y buscando apoyos cristianos, encon­tró a Pedro Ruiz, lo que le permitió tomar Granada en 1162. Para Lacarra, en 1170 Navarra conquista Albarracín en base a un acuerdo de 1168 entre el rey Sancho VI el Sabio de Navarra y Alfonso II de Aragón, por lo que la cesión es un invento posterior. Almagro cree que no se podía conquistar Teruel sin Albarracín anteriormente, por lo que defiende la teoría de la cesión (Almagro 1959 p.19). Pedro Ruiz de Azagra era vasa­llo de Castilla en aquel momento, y ante las presiones de Alfonso II de Aragón ayuda al rey Lobo, apoyado por el obispo Cerebruno de Toledo que no deseaba que el territorio pasara a la iglesia de Zaragoza. Don Pedro era señor de Estella desde 1157, pero está ausente de Navarra desde 1161. La cesión se haría entre 1166 y 1168. El dilema es difícil de resolver, ya que no hay documentos. Zurita recoge el hecho de la cesión y todos los demás autores lo copian. Posteriormente sí que está documentado que D. Pedro Ruiz de Azagra participó en la toma de Cuenca, fue nombrado señor de Daroca por Alfonso II y que traspasó el señorío de Estella a su hermano para vincularse a sus nuevos estados.

La diócesis de Albarracín se basa en un acuerdo del concilio toledano XII, por el cual el arzobispo de Toledo podía consagrar, como obispo de la diócesis visigoda, a las iglesias sufragáneas, y así se consideraba a la sede de Arcabrica. D. Cerebruno, el arzobispo. consagró a D. Martín en 1172 posiblemente. aunque no hay documentos (la bula papal es de 1185). En 1176 lo cambió por Segobricense para anexionarse Se­gorbe y dejando Arcabricense para Cuenca (Almagro 1959 pp. 64-68). Los diezmos, según sus primitivas ordinaciones, eran de dos tercios para el obispo y un tercio para el cabildo. Y en las parroquias, un tercio de caballerías para obispo, y en ganados de ciudad y aldeas, dos tercios para el obispo y un tercio para el cabildo. (Almagro 1959 p. 73)

Del segundo señor soberano, don Fernan­do Ruiz de Azagra (1186-1196), hermano de don Pedro. y también señor de Estella, Daroca y Calatayud, poco sabemos, sólo que en 1193 cede el señorío a la orden de Santiago. y finalmente a su hijo de tres años, Pedro Fernández de Azagra, aunque bajo la tutela de la orden.

Pedro Fernández de Azagra es nombrado gobernador del Sur de Aragón en 1214 a la muerte de Pedro II, ante la minoría de Jai­me I, e interviene en las luchas nobiliarias de la minoría regia. Estas luchas cortesanas provocaron que el joven Jaime I, con trece años, en 1220, persiguiendo a D. Rodrigo de Linaza sitiara Albarracín, en el que se refugiaba, aunque sin éxito. También se le vincula al monasterio de Piedra, donde pide ser sepultado en su testamento.

Posteriormente participa activamente en la conquista de Valencia, una de cuyas primeras acciones fue atraerse al rey moro Zeit Abuzeit, que había sido expulsado de la ciudad en 1229, y que pasa a ser asesor de D. Pedro en la conquista. Tras las Cortes de Monzón de 1232 las tropas se reúnen en 1233 en Teruel. Allí está también el obispo de Albarracín, al que se le concede en 1235 Teresa, y posteriormente las iglesias de Se­gorbe, que pasan a su obispado. Uno de los hechos más relevantes de su participación en la conquista fue la toma en 1232 de Be­jís. en calidad de vasallo de Jaime I.

D. Pedro conquista Silla, y finalmen­te entra en Valencia. donde su obispo es el primero en ocupar la mezquita mayor para consagrarla. Es entonces cuando se produce la revuelta por la imposición del Fuero de valencia. Según Zurita (Anales Ill, 66 «los aragoneses no aceptan el fuero ya que lo consideran Aragón»). Entre los privilegios que consigue es significativo el del peaje de los ganados el 13 de abril de 1239 (transcrito en apéndice, Almagro, 1959, doc. 46) que se repartirían entre el rey y el señor de Albarra­cín, permitiendo a los ganados dé la sierra llegar hasta Chelva con sus rebaños sin pagar peaje. A su muerte, el testamento divide varias de las conquistas entre sus hijos.

El cuarto señor de Albarracín, Alvar Pérez de Azagra también lo fue de Santa Eulalia, Chelva, Tuesa y Altura. Añadió tres fueros a los dados por su padre (los originarios, según Almagro, aunque no lo diga así la edición de Pastor de 1531), son los de supresión del monedaje, el pago de las soldadas a los alcaldes y la necesidad de jurar los fueros por los señores (Almagro, 1959, p.244). En 1248 permitió que Santa Eulalia tuviera reciprocidad de pastos con Albarracín, y finalmente el 7 de mayo de 1255 Jaime 1 exime de peaje y lezda a los ganaderos de Albarracín (Almagro, 1959, en apéndice n° 64) confirmado en 1262. Concede dehesas a vecinos y al obispado en 1259. y finalmente regula los cargos del concejo de forma independiente al señor (Almagro, 1959, p. 259). Su sucesora fue una mujer, Teresa Álvarez de Azagra, casa­da con Juan Núñez, jefe de la casa castella­na de Lara en 1260.

Señorío de la Casa de Lara (1260-1284)

Los Lara eran en el siglo XIII una de las familias más poderosas e influyentes de Castilla. Eran señores de Moya y Cañete, e intervinieron en las disputas nobiliarias de las minorías reales del siglo XIV. A ellos se debe la primera regulación de la pecha: 2 maravedíes y medio para los que tuvieran 400 reses lanares (Almagro, 1969, p.10).

Juan Núñez tuvo una vida muy compli­cada y casi todo le salió mal, llegando a perder el señorío en 1260. Participó con San Luis de Francia en la cruzada a Túnez en 1269, cuando todos los demás monarcas de Espa­ña lo habían abandonado. En el contexto de las guerras de Castilla y Aragón, los Lara toman partido por Castilla y en 1284 Pedro III, tras un sitio narrado por Desclot, asal­ta la ciudad. defendida por 200 caballeros. (Almagro, 1969. pp. 40-45). Pedro III cede Gea a D. Lope Díaz de Haro por su ayuda, da heredades en Jabaloyas a sus ballesteros. y deja en el castillo a Lope Jiménez de He­redia con 20 escuderos. En 1285 Pedro III nombra baile por primera vez para gestionar las rentas reales, pero finalmente en lugar de incorporar la ciudad al reino, la cede a su mujer Inés Zapata y a su hijo bastardo D. Fernando.

Juan Núñez de Lara, exiliado en Francia. intenta vincularse a Castilla, consiguiendo que su hijo se case con una hija de la rei­na María de Molina, pasando a ser señor de dicha ciudad. Este hijo, Juan Núñez II. intentó recuperar Albarracín, aunque sin demasiado éxito, pues tan pronto se levantaba contra su rey, como le ayudaba a atacar Tarifa contra los musulmanes.

Incorporación a la Corona de Aragón (1300)

Alfonso III logró que la ciudad lo reconociera como soberano, para dársela de nuevo a Juan Núñez de Lara II, hasta que en 1300, tras una nueva disputa con el rey de Ara­gón. Jaime II la incorpora a la Corona con el título de ciudad y segundo lugar en las Cortes del reino, tras Huesca.

Alfonso IV el Benigno cede de nuevo Albarracín en 1329, primero a su mujer y luego a su hijo Fernando, que la utilizó para huir del heredero de Aragón, el futuro Pedro IV, que respetó su momentánea soberanía. En los conflictos de la Unión contra Pe­dro IV Albarracín instigó contra el rey y fue partidaria a Castilla. Finalmente Pedro IV hizo llamar con tretas a su hermanastro Fernando a su cámara, y lo asesinó. Intentó ser reconocido inmediatamente como señor de Albarracín, pero no fue hasta 1379 y tras un pacto en Fraga cuando juró los fueros y dejó la ciudad y su tierra bajo la autoridad de un juez anual.

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(1) Rehalda número 1, 2005

(2) Doctor en Historia; ilcastan@educa.aragon.es

BIBLIOGRAFÍA

  • ALMAGRO BASCH, Martín. Historia de Albarracín. Tomo III, El Señorío de Albarracín bajo los Azagra, Teruel, 1959.
  • ALMAGRO BASCH, Martín, Historia de Albarracín. Tomo IV. El Señorío de Albarracín bajo la casa de los Lara, Teruel, 1969.
  • BOCH VILA, Jacinto, Historia de Albarracín, Torno II, Albarracín musulmán, Teruel, 1959.
  • AA.VV., Gran Enciclopedia Aragonesa, Zaragoza, 1985.

Autor: Manuel Matas

Miembro de la Junta Directiva de CECAL

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